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martes, 25 de agosto de 2015

2ª Travesía El Portil - Rota

 Al igual que el verano pasado, me planteé de nuevo llevar el barco desde mi base de El Portil en el Río Piedras hasta Rota.
 A diferencia del pasado año que fué sólo con la intención de pasar el verano y volver, esta vez quería cambiar de aires una temporada. Es por esto que hice un contrato anual en el puerto de Rota para dejarlo allí todo el año.  Mi pequeña eslora se metía otra vez en una travesía larga.

 Está claro, que todo tiene sus ventajas e inconvenientes. Rota está en la bahía de Cádiz. Un lugar bonito y con mucho ambiente náutico. Varios sitios donde recalar o ir a comer. Un puerto el de Rota, bastante simpático, metido en el pueblo y además sin las temidas corrientes cuando baja o sube la marea.
 Por otra parte, dejar Huelva me da mucha pena. Los paisajes y playas de Huelva no tienen comparación. El mar es mejor para navegar y los fondos son todos de arena, te puedes acercar a cualquier playa sin miedo a las piedras y si tu barco lo permite, llegar hasta las misma orilla. Además, nací y me crié náuticamente hablando en sus costas.

Por eso, puesto en pié en la proa me fui de allí gritando a los cuatro vientos ..."Volveré. Seguro que volveré!!"

 El año pasado la hice en solitario, excepto el tramo El Portil-Mazagón que me acompañó mi amigo José Antonio. Ida y vuelta. Este año, se quiso sumar a la travesía mi amigo Antonio de La Cruz. Un buen amigo desde la época del bachillerato.
 Conocimientos naúticos de Antonio, cero. Horas a bordo de un barco de vela, casi cero, pero con una voluntad y unas ganas tremenda. Muy ilusionado con la travesía, me llamaba todos los días desde hacía un mes al objeto de planificar el traslado y recordarme que no me olvidara de él por nada del mundo.
 Como digo, un tipo estupendo, pero con sólo un defecto...habla muchísimo!!!! Por los codos, no hay quien lo calle. Tal vez creo yo que eso lo privó de contemplar lo grandioso del paisaje, la inmensidad del mar que íbamos atravesando y la aventura en que nos embarcábamos.

 La travesía se haría en dos etapas en fin de semana. El Sábado haríamos El Portil - Mazagón y el Domingo Mazagón - Rota. Tuvimos que aplazar la primera intentona debido a que el tiempo y el viento no eran propicios para el rumbo que llevábamos . Lo aplazamos para el  siguiente fin de semana, cosa que mosqueó a Antonio que pensaba que era una estratagema para dejarlo en tierra.

 Sábado 29 de Julio de 2016. Salimos desde Sevilla hacia El Portil. Necesitábamos un chófer que nos llevara y que luego se trajera el coche de vuelta. Contar con amigos es maravilloso. Tonino, un gran tipo, amigo desde hace unos meses que lo conocí se brindó amablemente a llevarnos sin dudarlo un momento cuando se enteró que la idea era coger el autobús.
 Hay gente que sabes que siempre puedes contar con ellos. Apasionado de la náutica y con unas ganas de vivir tremendas, Tonino se ha convertido en un referente, en un amigo que siempre está dispuesto para una cerveza, charlar y solucionarte algo. Lástima que no pueda corresponderle siempre...

 Llegamos al puerto, embarcamos las bolsas y demás cosas a bordo y salimos pitando río abajo hacia la salida a mar abierto. Tonino se marchó a Sevilla, pero con pena por no venir con nosotros.
























 Bajando el Río Piedras. Vela Mayor y medio motor





Salimos a mar abierto y nos hicimos la foto de rigor para conmemorar la partida. Antoñito se me presentó para la travesía  ataviado con sombrero Panameño y zapatitos de piel recién embadurnados de crema que me dejó un bonito recuerdo en todo el barco en forma de un color marrón oscuro. Él quería ir guapo para la ocasión.
 Al poco tiempo le hice ver lo bonito que era su sombrero, pero lo peligroso que resulta en un velero cuando sopla viento. No tardó mucho en darse cuenta y en ponerse uno que yo tenía con barbuquejo.

























 Con este porte, pusimos rumbo directo al faro del espigón de Mazagón. La travesía iba discurriendo entre charlas y anotaciones que Antonio iba tomado en una libreta sobre aprendizaje náutico. Tan dispuesto, se empeñó en aprender navegación y términos naúticos durante la travesía.



El viento era genial. Un rumbo abierto de unos 7 nudos que se convirtió en un través con el paso de dos horas.





 






 Entre charlas y aperitivos fueron pasando las millas. No había prisas por llegar. Pasamos la entrada en Punta Umbría y continuamos recto hacia la punta del espigón de Mazagón. Aproximadamente, 6 millas nos separaban. Cuando llevábamos 1,5 millas pasado Punta Umbría, aquí vino lo bueno!!
 No estaba previsto y tampoco se le vio venir demasiado, aunque no se por qué, yo venía notando y viendo en el agua algo raro. Sería intuición pero ya tenía metido un rizo en la mayor cuando llegó.
  El viento cambió al Sur y se puso con una intensidad que no era normal. Yo diría que en torno a 27 nudos, acompañado de una ola con rompiente.
 Mi barco es de eslora pequeña y con una superficie de vela generosa, así que este viento es demasiado para el. Tuve que meter el segundo rizo y aún no fue suficiente, tuve que enrollar el génova casi a la mitad.

 Rumbo de ceñida aunque no muy rabiosa. El barco se comportaba maravillosamente. Me seguía sobrando superficie de vela, que iba compensando abriendo un poco la mayor. No mucho, puesto que necesitaba algo de velocidad para compensar la ola que me entraba por la amura de estribor y que además venía con rompiente. Se puso un poco feo, pero como suelo decir muchas veces, "... si el barco aguanta, yo aguanto".

Génova enrrolado y salpicones ciñendo

...quillo!!! ¿Esto es normal?... ¿Tú estás bien?...¿Tú estás preocupado o vas bien? Si va a pasar algo, ¿tú me lo dirías...? ¿Se va a romper el barco...? ¿Si nos hundimos pasa algo?
 La cara de Antonio era todo un poema!!! Parecía un camaleón con cada ojo puesto en dos sitios a la vez. Uno en mí y otro en el mar que venía. Obviamente estaba el hombre fuera de su ambiente, aunque algo ganamos, la preocupación por la situación lo tranquilizó un poco y le hizo olvidar el bombardeo al que me tenía sometido con los apuntes naúticos en su libreta. Eso si, no me quitaba ojo buscando seguridad, buscando en mi cara y mis maniobras la seguridad que él necesitaba ver...y la verdad es que se puede decir que yo que iba disfrutando como un loco...!

 Así continuábamos camino hacia el faro del espigón de Mazagón donde doblaríamos la punta camino al puerto deportivo.

 Doblamos la punta. De pronto entramos en esa zona tan maravillosa para la navegación que es la ría de Mazagón. La entrada al puerto de Huelva de los mercantes. La protección que ofrece el espigón es extraordinaria para la navegación a vela o a motor. Aquí dejamos atrás el viento y las olas y entramos en zona de aguas tranquilas directo a la bocana del puerto. Le dejo a Antonio la caña mientras yo bajo las velas coloco las defensas en ambas bandas y preparo los cabos de amarre  a babor para atracar en el pantalán de espera.


Antonio a la caña


Llegada triunfal a Mazagón




















 Papeleo de rigor en la oficina y directo al pantalán asignado. Elegí uno de  mas eslora, aunque tuve que pagar mas cantidad pero que estuviera mas cerca de la zona de bares y aseos. El puerto de Mazagón es muy grande y la zona de pantalanes que correspondía a mi eslora estaba bastante lejos de las zonas comunes.
 Organizamos un poco el barco y las neveras. Antonio venía con un severo dolor de contractura que me había ocultado y que le martirizaba desde hacía un par de días, pero como  no quería perderse el viaje, no me lo dijo hasta el mismo momento de salir.



















 Yo me empeñé en ponerle una pequeña inyección para aliviarle las molestia, pero no se dejó...




 Después de una buena ducha y descansar un rato, nos fuimos a cenar al bar del puerto de Mazagón. Una noche muy agradable. Cerveza y pescado para cenar amenizado con un grupo de flamenquito.


 Después  de esto nos fuimos a dormir. Al día siguiente nos esperaba bastantes horas de navegación. Siempre me cuesta conciliar el sueño sabiendo que al día siguiente hay una larga navegación, así que el sueño llegó tarde.

 La noche fue tranquila. Sólo hubo un sobresalto de Antonio que se despertó a media noche pensando que había alguien encima del barco por que se movía. Era yo que había salido por la escotilla de proa que me estaba meando

A las 07:00h nos despertamos. Ducha, aseo y desayuno. Compra de hielo y nos pusimos en marcha sobre las 08:20h. Amaneció algo nublado y con un viento muy suave. de componente sur.












  El viento era demasiado flojo, Avanzábamos con la mayor izada y medio  motor.
 Al cabo de una hora y media salió el sol y el viento aumentó, lo que nos permitía una navegación cómoda con ambas velas izadas.





Al mismo tiempo que nosotros salió de Mazagón un barco Alemán con una
familia a bordo. Igual que nosotros llegó a Mazagón la tarde anterior. Partió de Mazagón algo mas tarde que nosotros e igualmente llevaba rumbo dirección Cádiz. Finalmente recaló en Rota
Se alejó mas de la costa que nosotros e hizo todo el trayecto a motor, cosa que no comprendo puesto que el viento era muy cómodo para ir a vela.

 Así fue pasando las horas. Antoñito seguía empeñado en aprender los términos naúticos y el trimado de velas. No paraba de garabatear en su libreta los conceptos que a su manera iba entendiendo. Así se distraía hasta que de tanto escribir apareció un visitante inesperado y al que nadie le invita a bordo. "El mareo"
 No fue muy fuerte, pero como el hombre no está muy acostumbrado tuvo un momento delicado. Aquí si que me empeñé en explicarle bien lo que era barlovento y sotavento por si acaso ocurría lo que ya sabemos. Afortunadamente no fue necesario.




 El día era espléndido, me hubiera gustado algo mas de viento. El sol no daba con mucha fuerza, pero ya se sabe lo que pasa tantas horas al sol, así que puse el toldo para aliviar un poco.






Seguimos avanzando. Dejamos atrás Matalascañas e íbamos por terreno del Coto de Doñana. Es la zona que mas te separas de la costa, 9,5 millas si haces un trayecto recto desde Mazagón a pasar el bajo de Salmedina por fuera.
 Poco antes de llegar a Chipiona, mi cabeza iba a estallar...Antonio no había parado de hablar en todo el camino. Mas de seis horas sin parar!!!! Agotador!!!. Sus apuntes eran un caos de garabatos y anotaciones. Confundía estribor con proa, barlovento con ceñida, escota con génova...HORRORRRRRRRRR!!!!!!

Entonces se me ocurrió una idea malvada.

"Antonio, estamos entrando en la zona de la desembocadura del Guadalquivir. Aquí hay mucha vigilancia de las patrulleras de la Guardia Civil, así que hay que ponerse el chaleco salvavidas y estar muy atento"
 Me acordé que tenía un chaleco que se te sube tanto al cuello que me dije "Este se va a agobiar con el chaleco y ya verás como relaja la lengua" Dicho y hecho! Se relajó y la cogió con el teléfono.











                 Antonio y su chaleco











 Continuamos la marcha, pasamos Salmedina y nos saludaba Chipiona. Ya estamos cerca...



 Seguíamos a vela costeando Costa Ballena, Punta Candor, Virgen del Mar, La Costilla y dirección al Puerto de Rota.








Quería amarrar al muelle de la gasolina para subir a las oficinas y tramitar el papeleo, pero resulta que estaba repleto de barcos, entre ellos, el barco Alemán que salió de Mazagón junto con nosotros.















 No importa, como ya tenía la reserva hace tiempo, me fuí directamente al pantalán que tenía asignado. En el breve trayecto desde la bocana hasta el amarre, nos saludaban amigos y familiares de Antonio que tienen barcos en Rota. Veleros extraordinarios.
 Una vez amarrados al pantalán, organizamos un poco el interior y fuimos a hacer los tramites de rigor y a saludar a los amigos y a Inma, la mujer de Antonio que nos esperaba allí.
 Esa noche dormí en el barco y Antonio se fue para Sevilla.






 Allí amarramos y allí terminó nuestra aventura. "Eolo" que así se llama mi barco había cumplido una vez mas y sin quejarse para nada, nos había traído con nobleza marinera y buen navegar hasta nuestro destino. El sabía, por que yo le hablo de vez en cuando, que su nuevo hogar iba a ser Rota. Ya lo conocía puesto que el año pasado me había traído a principios de Agosto y luego me llevó de vuelta a Huelva en Septiembre. Recorrimos juntos la Bahía de Cádiz durante el tiempo que estuvimos allí y la disfrutamos a diario. Ambos nos enseñamos mutuamente como son las aguas de esta zona y el ambiente que aquí se respira...de momento, aquí nos quedamos.




Nota: Antoñito, te quiero. Lo pasamos bien, eh?



El Portil-Mazagón-Rota-Mazagón-El Portil

 Este es un pequeño relato de mi mayor travesía realizada hasta ahora con mi pequeño velero. He navegado con el durante horas, pero hasta la fecha, un trayecto similar no lo había realizado y menos aún en solitario.

 La salida era desde El Portil y destino Rota. Lo realicé en dos etapas. Salida desde El Portil hacía Mazagón el primer día. Noche en Mazagón y al día siguiente partida desde Mazagón hacia Rota. La idea principal era hacer el trayecto directo hacia Rota. El plan B era recalar en Chipiona en caso de que estuviera cansado o el tiempo se pusiera feo.



7-Agosto-2015: El Portil-Mazagón:


 Tal como habíamos previstos días antes, salí desde Sevilla en autobús hacía Huelva donde me recogería mi amigo José Antonio cofrade de La taberna del Puerto y a través de la cual nos conocimos.. Un gran tipo amable, generoso y gran deportista que se ofreció a acompañarme en la primera etapa de este pequeño gran viaje.

 Salimos a las 11:00h con un viento medio flojo que fue decreciendo a medida que íbamos avanzando y cielo nublado. La intención era llegar temprano, comer y que José Antonio cogiera el camino de vuelta temprano. Al día siguiente, él tenía una ruta ciclista con otros amigos. Este tipo no para.
 La travesía transcurrió entre charlas sin preocuparnos mucho por la singladura correcta o el perfecto trimado de las velas. No hubo complicaciones de ningún tipo.


Yo de rojo, José Antonio de blanco

Avistando el faro de la punta del espigón de Mazagón


Doblando el espigón







  


  Llegamos al pantalán de espera y allí esperamos a que abrieran las oficinas para el registro. Mientras aprovechamos para comer.


























José Antonio en el pantalán de espera dando cuenta de nuestra llegada

  Comimos en Mazagón. José Antonio se marchó y yo me quedé preparando el barco para salir al día siguiente.
 Por la tarde recibí la visita de otro amigo y cofrade. Juan, alias “PORIFERO” tiene un barco igual que el mío. Sabía que estaba allí, incluso me vio navegando a la altura de Punta Umbría y se acercó a tomar unas cervezas conmigo, charlar y desearme suerte para el día siguiente.

Esta es la ruta seguida. El tiempo y la distancia podrían haber sido menor, pero como íbamos bien de tiempo, no nos preocupamos mucho de tema. 

 

 8-Agosto-2015 Mazagón-Rota

La idea era salir de mazagón a las 08:00h, pero a las 07:30h se puso a llover y con un cielo gris plomo que asustaba. ¿Que hago ahora...? ¿...Y si sigue lloviendo y no para en todo el camino? Esto no estaba previsto en la agenda!!
Tenía que tomar una decisión, es un viaje de muchas horas y pasadas una o dos, el trayecto estaba comprometido.
 A las 08:30h aflojó la lluvia, me armé de valor, preparé el barco, arranqué el motor, solté amarras...y que sea lo que Dios quiera.
 A las 09:00h estaba saliendo por la bocana del puerto de Mazagón. Subí la vela mayor con un rizo ya cogido, saqué el Génova y con un viento del Norte de unos 8 a 9 nudos por la aleta de babor iba como un cohete rumbo 140º hacia Salmedina.
  El cielo seguía de un color que asustaba, pero la lluvia había cesado y el Sol quería salir entre las nubes.

Salida de Mazagón

 Eran las 10:00h aproximadamente cuando el sol empezó a a salir definitivamente y el viento empezó a caer. Fuera rizo, toda la vela arriba y aquí hubo que cambiar planes. Las olas entraban por la aleta de estribor y esto unido a la poca velocidad, hacía que el barco se balanceara continuamente y se hacía incómodo así que tomé un rumbo mas pegado a la costa para amortiguar esto. Tuve que meter motor, la idea era mantener una media de velocidad para no hacer escesivamente larga la travesía.

 Así fue transcurriendo el recorrido hasta Matalascañas. Aquí el viento subió algo mas y puse rumbo mas directo. No llevaba programa de navegación, pero contaba con la ayuda de mi hermano, que a través de mensajes, yo le iba diciendo por donde iba y el me indicaba que rumbo debía seguir. No es que fuera muy necesario, pero acompañaba y distraía el trayecto.

Así fueron transcurriendo las millas, a veces sólo vela, a  veces vela motor. Con mas nublado que sol, cosa que en parte agradecí por que el sol tantas horas seguidas castiga y fatiga.

Al fondo Matalascañas



 
...El Loro, Matalascañas, Torre Carbonero, El Coto de Doñana. Así fueron transcurriendo las millas. Palangres de todos los colores. Unos señalizados y otros simplemente con botellas de plástico transparente.
Desembocadura del Guadalquivir, Sanlúcar de Barrameda y Chipiona con Salmedina. Antes de llegar a Chipiona, ya hacía rato que el sol había salido y aunque no era muy fuerte, puse el toldo por que me sentía un poco saturado.



 Así llegué a la altura de Chipiona. La idea era que si estaba cansado o el tiempo estaba feo, haría noche en el puerto de Chipiona y al día siguiente haría el trayecto hacia Rota. Lo cierto es que estaba perfectamente, y además feliz, de modo que dando el resguardo pertinente al bajo de salmedina como tanto me insistió mi hermano, continué hacia Rota.


 Después de Chipiona, Costa Ballena y Punta candor. Resguardo apropiado a los corrales de Rota, aquí salió desde rota mi hermano a recibirme con su barco y acompañarme al tramo final del trayecto.
 


 Así, sobre las 19:00h llegué a Rota después de 10 horas de navegación en las que aproximadamente, el 60% del trayecto fue a vela y el 40% vela y motor.
Rota a la vista

Recogiendo velas para entrar en puerto
En el Pantalán de espera mientras realizo el papeleo














Una vez realizado el papeleo, me asignaron el pantalán correspondiente donde estoy hasta final de mes. El puerto de Rota es muy bonito. Integrado en el pueblo dispone de buenos servicios y comodidades. Aquí he conocido a gente maravillosa, navegantes con los que he navegado y tomado copas, que me han enseñado trucos y quitado vicios y miedos naúticos antiguos.
 Saludos a Alfonso, Manuel Carretero, Diego, Toni y alguno mas que me han presentado.

EOLO en su pantalán asignado. Al fondo El faro y La Iglesia de Rota
Después de una buena ducha. Escribiendo

Esta es la ruta seguida.




La vuelta, aún está por escribir...


...y la vuelta llegó el Sábado día 29 de Agosto. 

 Para no hacer muy pesado el relato, lo resumiré lo mas posible. 

 Salgo en solitario de nuevo rumbo a Mazagón. He dejado atrás una quincena navegando en la bahía de Cádiz y habiendo conocido a gente estupenda que también me han enseñado mucho. Saludo de nuevo a los mencionados anteriormente.

Salida de Rota a las 08:15h.


Salida por la bocana de Rota


Adiós Puerto de Rota










La predicción daba vientos de levante de 8 nudos hasta Chipiona, pero nada de nada, mas de 2 nudos no había aunque sí que había olas entorno a 1,5m por la aleta de babor. Sólo vela mayor y motor. La vela con las olas, se volvía un poco molesta. Rumbo 330º a pasar Salmedina por fuera.
 De vez en cuando aparecía algo de viento de componente Este por la aleta de estribor y quitaba motor.La dirección de la olas me favorecen la marcha.

Entre Costa Ballena y Chipiona, nuestros amigos de La Guardía Civil
  A las 10:45h, el faro de Chipiona por estribor y a las 10:55 la piedra de Salmedina. Aunque no la viera, sabría que está cerca por el olor a mar que desprende cuando queda al descubierto por la bajamar. Ese olor inunda toda la costa desde la desmbocadura del Guadalquivir hasta Cádiz. Es un olor a piedra, a moluscos a corrales..que te llena todos los sentidos.


Me despido de Chipiona

  Tanto me insistió mi hermano en que llevara un programa de navegación en el teléfono móvil, que dias antes me descargué el programa NAVIONICS. Aprovechándolo, tracé una ruta directa al faro del espigón de Mazgón. Esto me daba pasado Salmedina, un rumbo de 320º
 Así voy dejando atrás Cádiz para entrar en la provincia de Huelva. El Río Guadalquivir divide ambas provincias. Comienzo a navegar a una 6 millas de la costa por El Coto de Doñana. Multitud de mercantes esperan fondeados el permiso y la marea para subir el Río hacia Sevilla

 De nuevo tengo que meter motor si quiero mantener una media de tiempo.El viento es muy flojo.

A las 11:30h, me cierro a 340º para que la ola y el viento me haga mas cómoda la ruta. Ya rectificaré cuando sea oportuno. Temgo ademá que poner el toldo, por que con este poco viento, el sol castiga. Sombrero, protector solar y duchas de agua dulce que llevaba a bordo.



11:45. Sube algo de viento y se me pone en empopada. Vuelvo a los 320º Así voy alternando por que el viento no se decide a quedarse. Tanto es así que a las 12:20h se fue casi todo y además roló al Sur. Mi hermana me llama desde Chipiona y me cuenta que allí sopla bastante

Alternando ratos con motor, tuve compañía. Tres libélulas se agarraron agotadas al candelero y los obenques buscando refugio.




















...12:45 Torre Carbonero. Poco viento, quiero mas!!! Se nota que está empezando a subir.

 13:35 Torre de La Higuera Matalascañas. El viento de componente Sur ha subido en torno a 7,5 nudos y me entra entre popa y la aleta de babor. Ha subido considerablemete la alttura de las olas en torno a 2 a 2,5 metros. Voy a una media de 4,9 nudos surfeando olas. Me olvido totalmente del piloto automático, Aunque mantiene bien los guiños que me hace la ola por popa, tiene que trabajar mucho y con la caña en la mano, se anticipa uno mejor a las olas y se reduce el riesgo de orzada.




  Así voy a una buena velocidad y disfrutando del manejo de la caña. Velas muy abiertas, voy notando cada sensación de mi pequeño velero, casi noto que me habla. Creo que va disfrutando igual que lo hago yo.
 Este es su medio natural. Me horroriza cuando tengo que poner motor.

 Horror!!!. los palangres inundan el camino. Algunos no se ven, las olas lo tapan y hay que andar con cuidado.

 16:00h: Torre del Loro. Aunque hay bruma, desde aquí se aprecia  a lo lejos el faro de la punta del espigón de Mazagón.

 La Torre del Loro forma parte del paisaje de la costa de Huelva como Torre de la Higuera, Torre Carbonero...Eran torres almenaras construidas a lo largo de la costa Onubense en el reinado Felipa II y servían como torres vigias contra el ataque de piratas Berberiscos, Turcos y Otomanos. Se cree que se construyeron catorce torres de las que se conservan once.

 16:05h. Se oye por el canal 16 un aviso de "securité securité securité all ships". El tipo hablaba en Francés y no lo entendía. Tampoco escuhé mensaje de respuesta???
 Puede ser como me apuntó el cofrade Panpanero, "por esa zona algunos días se escucha Radio Tánger, que emite en francés (idioma oficial en Marruecos) y a continuación en inglés. Probablemente después del aviso de Securité dirigirían a un canal de trabajo (no recuerdo cuál utilizan) y darían un aviso para la navegación (por ejemplo, suelen anunciar la meteo del Estrecho)"

Así van pasando las millas rumbo a Mazagón. Olas por detrás y viento abierto. Desde Matalascañas me acompaña a unas tres millas de distancia un velero con una pareja a bordo que venía de Sevilla y que también tenía como destino Mazagón. Me extrañaba que viniera todo el camino a motor con el viento tan favorable que teníamos. Una vez que nos encontramos en Mazagón le pregunté el motivo y me dijo que no le apetecía ir pendiente de las velas...?

16:15h. El Parador de Mazgón  en lo alto por estribor. Cielo cubierto.

16:35h Baja algo el viento y quito el génova que con las olas a favor, pierde viento y estorba mas que favorece. Estoy a la altura de la boya del reviro de Mazagón. La entrada a la canal del puerto de Huelva. Marca cardinal Oeste. Por babor un velero doblando el espigón.






Boya del reviro









 El embudo que hace la entrada de la ría de Huelva con este viento, hacía que en esta zona, las olas fueran mas bravas. Mas cortas y violentas, pero no representaban peligro alguno...el día siguiente fue otra cosa.

 Así, tras 8 horas y 55 de navegación y 48,8 millas recorridas, orgullos de mi y de mi barco arribé al puerto de Mazagón.
 Mi destino final era El Portil, 21 millas mas, y la verdad es que podría haber seguido perfectamente ya que el viento era favorable y me encontraba perfectamente, pero preferí hacer noche en Mazagón y hacer ese trayecto al día siguiente.













  Los trámites de rigor. Inscripción y después de situado en el pantalán correspondiente, ordenar el barco, lavarlo, ducha y cena.

Este es el trayecto. El programa NAVIONICS me llevó perfectamente y a rumbo directo.




 Día 30agosto-2015: Mazagón-El Portil

  Salí de Mazagón a las 09:30h. Mi amigo José Antonio se quedó con las ganas de acompañarme tal como hizo en el trayecto de ida, pero los compromisos familiares ya se sabe.
 El viento era medio fljo de componente Norte. En el pantalán de espera entregué la tarjeta de acceso para que me devolvieran la fianza y ahí tan tranquilo como aparece en la foto, no sabía lo que me esperaba fuera...

 Saludos a Juan. Me lo encontré en la bocana del puerto él entrando. Había pasado la noche fuera.

 En la foto el barco se ve en una mañana tranquila, soleada, apetecible para navegar...pues al doblar la punta del puerto en dirección al espigón, el embudo de olas que comenté anteriormente era brutal. Unas olas enormes y cortas que me hacían dar unos pantocazos que asustaban. A unos metros de mí, otro barco dos metros y medio mayor que el mío, lo veía salir la proa del agua y caer violéntamente y yo pensaba"¿Si ese va así, como iré yo?"


Las fotos no reflejan ni la cuarta parte de lo que era
 Con vela y motor trataba de avanzar a base de pantocazos y a cada minuto pensaba dar la vuelta, pero le temía mas a la virada que a seguir avanzando. Mi intención era doblar el espigón y quitarme de este embudo. Estaba seguro que en mar abierto, la cosa no estaría tan mal. Trataba de acercarme al espigón, pero casualidad que salía en ese momento el práctico y no me dejaba a parte que no me podía poner de costado a la ola. El práctico daba también cada viaje en las olas que asustaba y que acabó aquello pareciendo que estaba dentro de una batidora entre las olas que había y las que el práctico formó también. 

Al doblar la punta del espigón, la cosa se iba calmando, las olas no eran corta y se iba suavizando la cosa. Poco viento.
 Ya a las 10:45 puse rumbo 300º al El Portil. El viento cayó totalmente y no hubo mas remedio que poner motor. El mar como un espejo, pero las olas de buen tamaño por la aleta de estribor. Motor a 1/4, 3,6 nudos de velocidad. 
 Venía una brisa. Quito motor. Se va la brisa, pongo motor. Así constantemente.Aburrimiento.

 Como única distracción, a las 11:30h me encontré flotando una tortuga enorme muerta. Debía medir 1,5m















  De repente me encontré el barco lleno de moscas y allá que me veo con un cabo matando moscas como loco. Son incordiantes!!!!!
11:45h Punta Umbría por estribor. A veces viene una brisa y se va igual. Sigo con motor. Pasadas las 12:00 por fin algo de viento de poniente.Que alegría, puedo manejar las velas y disfrutar aunque a lo lejos veo algo que no me gusta.

12:50h: Viento muy bueno, pero ya casi en la entrada de la barra, con la boya de recalada a la vista tengo que acelerar la marcha por que el cielo se ha puesto de de un gris muy feo y a lo lejos se ve luvia y rayos cayendo.

 



A las 13:30h enfilo la entrada a la ría. Aquí viene lo bueno. Las olas de buen tamaño que traía por popa, en los bajos de la entrada, aumentan la velocidad y tienden a romper amenazandome con pillarme por popa y pasarme de surfeo. Así que motor a toda lechecon media orza metida.
Una vez pasadoel oleaje, ya enfilo el río hacia el puerto. La marea está subiendo con un coeficiente de 113. La velocidad de subida es brutal.
 Mi amigo José Antonio que me ve desde la terraza de su apartamento, rápidamente me llama y acude a saludarme al pantalán.


 Finalmente a las 13:30h, amarré el barco al pantalán y di por finalizada esta maravillos travesía El Portil-Mazagón-Rota-Mazagón- El Portil.

 José Antonio, generoso como siempre, me ayuda a recoger y me lleva en su cohe a Huelva para coger el autobús rumbo a Sevilla. Los buenos amigos están siempre deispuestos...se lo agradezco.

 En el camino de vuelta, en el autobús, hago repaso mental desde la salida hasta el regreso y me doy cuenta de lo mucho que he aprendido. Este viaje me ha dado seguridad y confianza en mí y en mi barco y espero que sea el principio de otras travesías iguales.

 Un saludo