Un día extraño como nunca me he encontrado. Comenzaba en el litoral Malagueño y terminaba en la costa Gaditana. 38 millas en el que el punto que mas me separé de la costa fueron 7 millas. Seguía siendo terreno desconocido para mi y además me adentraba en una de las zonas con mas tráfico de barcos. La bahía de Algeciras
El parte meteorológico daba para este día 12 día sol, brumas y viento flojo de Poniente. Hubiera preferido un pronóstico con mas viento, pero tenía que aprovechar ese día que tenía disponible.
Para esta etapa me acompañaba mi amigo Antonio de La Cruz. Ya he hablado de él en otras ocasiones. Genio y figura que ya me acompañó con mi anterior barco EOLO en una travesía El Portil Rota de 60 millas.
Sus conocimientos náuticos siguen siendo casi nulos, pero para este trayecto ya traía aprendido ciertos términos náuticos y eso para él ya es un gran paso. No tuvo claro hasta ultima hora poder venir conmigo, pero lo que si tenía claro era que haría todo lo posible por no perdérselo.
La tarde anterior dejamos su coche en el lugar de destino, el Real Club Náutico de Algeciras.
En la bahía de Algeciras hay varios puertos. En principio mi puerto iba a ser el de La Alcaidesa, pero finalmente elegí el Club Náutico por dos razones. Era mas económico 13,5€ el día frente a los 17€ de La Alcaidesa y además el CN estaba en la entrada de la bahía y de esa manera no tenía que llegar hasta el fondo de la bahía, sólo cruzarla y así también evitar mas tráfico mercante de la zona. Algeciras en uno de los principales puertos de Europa y conexión con el norte de Africa por lo que el tráfico de mercantes y ferrys es tremendo.
Con mi coche nos fuimos hasta Marina La Bajadilla, un trayecto de 89Km. Allí nos aprovisionamos de bebidas, comida, hielo y sobre todo gasolina. Esta vez no iba a cometer el mismo error de la etapa anterior además sabía que posiblemente me iba a hacer falta provisión de gasolina por que la etapa se presentaba calmada.
Después de diez días allí estaba en su pantalán. Me volví a encontrar con mis vecinos de barcos a los que saludé con agrado. Como queríamos salir temprano, quise liquidar el importe de la estancia en el puerto pero no hubo manera. La oficina del puerto ya estaba cerrada hasta las 09:00h del día siguiente y el marinero no tenía facultades para cobrar. Esperar hasta las 09:00h era un engorro y te fastidiaba la hora de salida. El marinero llamó al responsable por teléfono pero este no podía venir, menos mal que me hizo el favor de venir al día siguiente a las 08:00h en lugar de las 09:00h
Nos fuimos a cenar un buen pescado y a dormir.
La mañana amaneció soleada y sin viento. A las 08:30h salíamos del amarre.
Pablo El Argentino nos despedía y nos deseaba suerte.
Saliendo por la bocana |
Adiós a La Bajadilla |
El Sol encima de la Torre del Cable |
Antonio y su inconfundible sombrero |
Realmente iba navegando por El Mar de Alborán que es la zona mas Occidental del Mar Mediterráneo. Otra cosa curiosa de la costa Malagueña es que apenas te separes 2 ó 3 millas de la costa, ya tienes profundidades de 60 a 70 metros mientras que la costa Atlántica, para conseguir esas profundidades te tienes que ir a mínimo 10 a 12 millas de la costa.
En fin, perdí la cuenta de las fotos que hice solamente al agua! Transcurridas un par de horas de marcha sacamos la sombrilla, era totalmente necesaria. Sacamos velas con idea de crear un viento aparente, pero la verdad es que conseguíamos mas bien poco. Mas bien nada.
Nunca he visto nada igual. La calma era total!!. Yo diría mas que total. Varias veces me he visto en calma de cero viento, pero como esto nunca. No solo no había viento si no que el mar estaba totalmente plano, sin ninguna ondulación, como si navegara por encima de un espejo. Impresionante!!! Aquí el dicho de "está el mar como un plato" cobraba todo su significado
No pude resistir esta belleza. Paré el motor y me tiré al agua de inmediato. Suena cursi pero sufría entonces algo parecido al Síndrome de Stendhal aunque sin tanto efecto secundario. El síndrome de Stendhal se produce cuando la belleza que estamos contemplando nos sobrepasa. Me daba igual la hora que fuese ni el trayecto que nos quedaba por recorrer, aquello para mi era impresionante y para disfrutarlo me tenía que zambullir en el. Con las gafas de bucear veía toda la obra viva perfectamente. Era una gozada.
Ya para entonces se había levantado algo de bruma que mas tarde se convertiría en niebla. El barco parecía flotar o estar sobre una piscina, confundiéndose a lo lejos en el horizonte el mar con el cielo.
Para entonces estaríamos a mitad de camino entre Marbella y Estepona
Antoñito feliz a bordo sin parar de fumar |
Con las gafas de bucear veía toda la obra viva de maravilla
Con esa calma, se oye los ruidos del mar perfectamente. Si te cruzas con un barco aunque sea a media milla, oyes perfectamente la gente hablando. Tenía la esperanza de ver delfines ya que el estrecho es una zona de avistamiento de delfines y cetáceos muy interesante. Verlos no los vimos nada mas que de lejos, oírlos si. De vez en cuando, en la lejanía oíamos el movimientos de estos mamíferos saliendo del agua y los veíamos a lo lejos, pero no se acercaron ni una sola vez. A decir verdad, al verlos con los prismáticos me parecían calderones en lugar de delfines. Hubiera sido un espectáculo en estas condiciones que hubiéramos tenido la visita de estos maravillosos animales.
A la altura de Estepona me pensé muy seriamente entrar al puerto. El motivo fue que empezó a venir por la proa una niebla que al principio fue muy suave, pero que poco a poco se fue haciendo mas espesa y la visibilidad se redujo a aproximadamente a una milla. Nunca había navegado con niebla y la verdad es que asusta. Asusta sobre todo oyendo a los mercantes hacer sonar sus bocinas de niebla mar adentro. No estábamos en la ruta directa de los mercantes que cruzan el estrecho, estábamos muy próximos, pero el sonido de la bocinas se oía como si los tuvieras cerca. Es una situación que no controlas para nada. Subí a cubierta la bocina de niebla y le dije a Antonio que anduviera con mil ojos y las orejas atentas a cualquier ruido de motor que pudiera venir de un pesquero o una embarcación de recreo y allí se colocó el tipo como si fuera un sabueso oteando el horizonte.
Decidí continuar adelante, y digo decidí por que Antonio como acompañante es un fenómeno, pero como marinero o apoyo de decisiones mas bien cero. Yo pensaba en voz alta y el me miraba de reojo sin quitar la vista de la proa como diciendo ¿...y a mí que me cuentas?, lo que tú hagas bien hecho está. Pensaba yo que la niebla podría ir a mas. Como siguiente puerto de referencia La Duquesa a 6 millas y Sotogrande a otras 6,6 millas mas.
Continuamos a motor y a decir verdad que se comportó como un campeón. A las 13:40h habíamos pasado Sotogrande y nos encontrábamos a la altura de Punta Mala, zona de La Alcaidesa a 6,25 millas de la costa. y a 11,5 millas de Punta Europa.
Empezaba a despejarse la niebla y a quedarse una ligera bruma que posteriormente desapareció a unas 6 millas de Punta Europa. Ya hacía rato que estaba en el litoral de Cádiz. La verdad es que me hacía ilusión ver Gibraltar desde la cara Este y doblar Punta Europa donde comienza el estrecho de Gibraltar.
La marcha era muy buena ya que íbamos a motor y encima no tenía resistencia alguna de olas puesto que el mar seguía plano totalmente. Estábamos acercándonos a la cara Este del Peñón de Gibraltar y se veía por todas partes enormes mercantes fondeado por todas partes esperando turno casi todos ellos matriculados en Majuro, capital del atolón de las islas Marshall en el Pacífico. Deben estar baratas las matriculaciones allí??
Es increíble el tráfico marítimo que hay en la zona.
A las 15:15h ya teníamos Punta Europa a tiro de piedra. El agua empezaba entonces a rizarse ligeramente
Punta Europa por Estribor
De Punta Europa al RCN de Algeciras solo nos quedaba cruzar la Bahía de Algeciras por la entrada en línea recta. Unas 6 millas. Aquí se había levantado ya unos 4 a 5 Kts de viento y las velas ya portaban algo, aunque seguíamos con el motor en marcha y a la Francesa puesto que cruzar la bahía es ir sorteando cantidad de barcos y el motor me daba mas seguridad ante una maniobra evasiva que tuviera que realizar.
Gibraltar quedaba por la aleta de estribor, Algeciras por la amura, Ceuta y Africa por babor a 14 millas. Tres países y dos continentes en un puñado de agua separados por escasas millas. En medio un paso estrecho que enlaza el Océano Atlántico con el Mar Mediterráneo y que Hércules separó dejando dos columnas a cada lado. El Peñón de Gibraltar al norte y el monte Hacho en Ceuta o el monte Musa en Marruecos y que soporta uno de los mayores tráficos marítimos del mundo.
Petroleros fondeados abasteciéndose de comida mediante servicios naúticos, gasolineras flotantes con barcos abarloados repostando, ferrys van y vienen, patrulleras Inglesas, Guardia Cívil, Aduanas, barcos de recreo y de pesca, un aeropuerto, una inmensa refinería y polo industrial. Todo ello conforman la vida en esta bahía impresionante.
De noche esto debe ser impresionante la contaminación lumínica en la bahía.
Era la primera vez que navegaba por esta zona y aunque tenía memorizado en la cabeza donde estaba la entrada a la zona del Náutico de Algeciras, puse en el NAVIONIC la ruta de destino.
Ya aquí se notaba las corrientes que circulan por esta zona y en esa hora teníamos ya tres cuarto de marea subiendo, sentido al Mediterráneo, con un coeficiente de 73.
El RCNA está en el interior de la Ensenada del Saladillo. La entrada está protegida por dos espigones casi en línea y señalizada con las boyas verdes y rojas que determinan el pasillo de entrada y varias boyas de peligro aislado. Al pasar junto a las boyas y los muelles del puerto de Algeciras es cuando realmente aprecias la corriente que hay. No era preocupante, el motor hacía navegar el barco correctamente. Dentro de la ensenada hay toda una actividad náutica con tres puertos y un varadero. El Real Club Náutico de Algeciras, El Club Náutico El Pargo y El Club Náutico El Saladillo.
Antes de tomar la primera boya roja por babor llamé por el canal 9 al puerto para que me indicara cual era el atraque que me correspondía. El marinero ya sabía de mi llegada por la reserva que hice, me indicó la situación del atraque y se puso en el punto indicado para indicarme visualmente donde tenía que amarrar y ayudarme en la maniobra.
Eran las 16:00h cuando llegamos al amarre. 7,5 horas de travesía incluido la parada para el baño. Eso da una media de 5Kts.
Antonio dando cuenta de nuestra llegada |
...otra vez el amarre en pantalán de hormigón con el dichoso cabo sumergido! En esta zona, parece que se reparten puertos con finger a los lados y puertos con amarre con cabo sumergido. Este no tenía finger y la verdad es que fue si cabe mas molesto puesto que aquí si hay diferencias considerables en la altura de mareas. En la llegada no me molestó puesto que faltaba 2 horas para la pleamar y el barco estaba a una altura por encima del pantalán, pero con marea baja si que me resultó algo mas peligroso. Este día en concreto, con coeficiente 76 había mas de un metro entre la pleamar y la bajamar. Es un tema muy importante a la hora de poner los cabos de proa.
El puerto me decepcionó bastante por varios motivos:
- Me dieron un atraque en la punta del pantalán totalmente solo, cosa que no entiendo de los puertos. ¿Si hay plazas libres para que darte lo mas lejos??
- Al estar en la punta, recibía el oleaje de todo barco que iba o venía a alguno de los tres puertos.
- No me dieron tarjeta de apertura del pantalán. Al parecer a los transeúntes no se les da, lo que me obligaba a llamar por teléfono al marinero cada vez que quería entrar o salir con la consiguiente espera en la puerta.
- No se podía pagar con tarjeta de crédito. Sólo efectivo.
- Al volver días mas tarde me encontré sobrante de cabos en el agua, lo que implica poco celo de los marineros en trabajos de vigilancia.
...pero bueno. Llegamos que es lo importante. Recogimos todo los pertrechos y pusimos orden haciendo recuento de gasolina para la próxima salida, le pegamos un buen manguerazo al barco, revisar cien veces los cabos de amarre y nos fuimos a ducharnos y tomar una buena cerveza fría al club, ambos con el andar bamboleante que te queda cuando has estado muchas horas navegando. Una especie de andar vacilante que pareces que aún estás abordo.
"...en el andar se sabe que es marino" RAB
Aquí finalizó la segunda etapa. Una etapa en cierto modo extraña por la ausencia total de viento, pero bueno, fue distinta. Una costa nueva, puertos nuevos y en definitiva una experiencia mas.
Antonio tenía allí su coche y cogió camino para Sevilla. Antes me dejó en la estación de autobuses donde cogí el primer autobús para Marbella a recoger el mío. En el autobús hice repaso mental de todo el trayecto recordando lo vivido en el día. La autopista de vuelta va cercana a la costa y el mar se aparece con frecuencia. A cada vistazo al mar decía. "por ahí he pasado yo y que chico se me vería desde aquí" Llegué a La Bajadilla y me despedí de los amigos de allí.
El próximo relato será la 3ª etapa, Algeciras-Barbate de 34 millas. Cruce del estrecho con su poquito de aventura!!